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La teoría dice que hay que ir al dentista una vez al año para una revisión, en ocasiones lo hacemos, pero eventualmente al no sentir dolor podemos posponerlo. Muchos pacientes deberían saber que el que puede ir una vez al año es porque se encuentra en una situación de salud oral y tienen un control de su higiene adecuado y solo necesitan un chequeo y control más sencillo, pero los pacientes con muchos tratamientos realizados, prótesis o implantes, hay que revisarlos y controlarlos más a menudo para evitar que empeoren y sus tratamientos realizados se deterioren y lleguen a fracasar.

También están los pacientes que tienen problemas en las encías o pacientes periodontales que requieren de limpiezas profundas y controles radiográficos más seguidos, generalmente entre 4 y 6 meses, para que el estado de su hueso y encías no empeore y de esa manera el diente tenga buen soporte. Además, esas revisiones nos permiten poder ver a tiempo caries y problemas en los dientes antes de que el tratamiento sea más agresivo y subsanar de forma sencilla esas patologías.

El problema de las encías es que no produce dolor al paciente por lo que se puede convivir con ello sin alarmarse, cuestión que genera que lentamente se agrave sin darnos cuenta y nuestro hueso mengue y se altere su estructura perjudicando al soporte de los dientes, pudiéndolos llegar a perder. En ocasiones nos encontramos con situaciones irreversibles donde la pérdida de hueso es generalizada y tan agresiva que lo único que podemos hacer es sustituir esos dientes por implantes y añadir injertos de hueso.

La importancia de una correcta higiene oral

El mantener una correcta higiene oral que dure entre tres y cinco minutos después de cada comida es esencial para evitar la caries, además del uso de hilo o seda dental entre los dientes, en su defecto podemos valernos de un irrigador, que se trata de un sistema mediante el cual un chorrito de agua sale por una boquilla con la presión necesaria y podemos terminar de limpiar entre los dientes de forma sencilla y así completar nuestra limpieza.

Hay que entender que sólo con un cepillado de dientes no es suficiente para que eliminemos todos los restos de alimentos, da igual que sea un cepillo eléctrico o manual, el complementar con el hilo o el irrigador como decíamos anteriormente es fundamental. Además, debemos tener en cuenta que la técnica de cepillado correcta consiste en frotar la unión entre la encía y los dientes suavemente con movimientos circulares, por delante y por detrás, los dientes de arriba y de abajo. También debemos tener un cuidado especial con la fuerza que ejercemos, ya que una fuerza excesiva puede generar recesiones gingivales que pueden ser causantes de sensibilidad dental.

Higiene adicional para pacientes con tratamientos específicos

En pacientes portadores de prótesis o implantes es todavía más importante complementar el cepillado con estas técnicas de higiene adicionales ya que hay zonas retentivas que a la larga pueden provocar problemas sino se limpian correctamente. Lo mismo pasa en pacientes con ortodoncia fija brackets que se generan zonas difíciles de limpiar y hay que ayudarse de cepillos interproximales para que quede todo limpio y así evitar las manchas blancas o zonas desmineralizadas previas a las caries y la gingivitis o inflamación de las encías.

La educación y formación en cómo tener una correcta higiene oral debe ser explicada en la clínica dental por un dentista o un higienista experto. Adecuar el tipo de cepillo y el tipo de pasta dentífrica es necesario para el momento en el que se encuentra el paciente y en distintas ocasiones puede cambiar según las características en las que se encuentren nuestros pacientes. Hay situaciones en las que algunas enfermedades, el tipo de medicación que tome el paciente o simplemente el estado hormonal o emocional puede hacer que las necesidades cambien y es fundamental indicar la fórmula correcta tanto de pasta como de enjuagues.

Influencia de la dieta en la salud bucal

La dieta que mantenemos también influye directamente en la salud de nuestras encías y nuestra salud bucal en general, mantener una dieta pobre en vitaminas causan aftas, boqueras e incluso podemos ver situaciones de sequedad bucal o síndrome de boca ardiente, estar bien hidratados y apoyarnos en productos adecuados ayuda a no sufrir las consecuencias de esas molestas situaciones.

Los pacientes periodontales, como hemos comentado anteriormente, requieren de una atención especial y más específica para evitar llegar a situaciones extremas que no se puedan revertir. Hacer curetajes o rapados y alisados radiculares es fundamental para limpiar profundamente las encías y hacer controles bacteriológicos para controlar la flora es esencial. Al ser una enfermedad crónica y silenciosa hay que estar muy atentos a su evolución y hacer sondajes y controles radiográficos para tener medidas la altura del hueso y de esa manera saber si el tratamiento está siendo el adecuado.

Ortofamily: tu clínica dental en Madrid

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