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El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI), también conocido como Síndrome de Willis-Ekbom, es una afección neurológica prevalente que impacta a una amplia población global. Se caracteriza por una sensación desagradable en las extremidades inferiores, manifestada como hormigueo, temblor, picazón, ardor o pinchazos, y se intensifica durante períodos de reposo, particularmente en las horas nocturnas y puede afectar a la hora de dormir, ocasionando trastornos del sueño y mermando la calidad de vida de quienes lo experimentan.

Factores y causas del Síndrome de Piernas Inquietas

Aunque aún no se comprende completamente su etiología, se postula que el Síndrome de Piernas Inquietas está vinculado a irregularidades en el sistema nervioso central, especialmente en relación con la dopamina, neurotransmisor crucial en la regulación motora. Además, factores genéticos y ciertas condiciones médicas como insuficiencia renal, diabetes, anemia y embarazo, pueden predisponer a su desarrollo. Los síntomas, variables entre individuos, suelen implicar una inquietud en las piernas que se alivia momentáneamente con el movimiento, perturbando el sueño y generando insomnio.

Diagnóstico del Síndrome de Piernas Inquietas

El diagnóstico del Síndrome de Piernas Inquietas se basa en la presentación clínica de los síntomas como el temblor de piernas y en la exclusión de otras patologías con manifestaciones similares. El tratamiento se centra en mitigar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Se emplean diversas estrategias, desde modificaciones en el estilo de vida hasta terapias farmacológicas. Las primeras incluyen la supresión de la ingesta de cafeína y alcohol, el mantenimiento de horarios regulares de sueño y la práctica regular de ejercicio físico. Por otro lado, las terapias no farmacológicas abarcan desde masajes y estiramientos hasta baños calientes y técnicas de relajación. En cuanto a los tratamientos farmacológicos, se recetan medicamentos que regulan los niveles de dopamina en el cerebro, como agonistas de la dopamina, anticonvulsivantes y opioides.

Perspectivas de esta afección

El SPI representa un desafío significativo para la salud neurológica, con repercusiones notables en la calidad de vida. Sin embargo, con un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, los síntomas pueden ser manejados y los pacientes pueden llevar una vida más confortable. Es esencial buscar la asesoría de un profesional médico ante la manifestación de síntomas, a fin de recibir una evaluación precisa y un plan de tratamiento personalizado que permita una gestión efectiva de esta condición neurológica.

El síndrome de Piernas Inquietas en España

Según un reciente informe de la Sociedad Española de Neurología, se estima que más de 2 millones de personas en España sufren este problema. Alarmantemente, cerca del 20% de los pacientes experimentan una forma grave de esta afección. A nivel europeo, el Síndrome de Piernas Inquietas afecta aproximadamente al 5-10% de la población adulta y al 2-4% de los niños y adolescentes.

Sin embargo, sorprendentemente, estudios sugieren que solo el 10% de los casos están diagnosticados, una cifra aún menor en el caso de los niños. Además, hasta un 40% de los adultos recién diagnosticados reportan que sus síntomas se manifestaron durante la infancia. Estos datos ponen de relieve la importancia de una mayor conciencia y diagnóstico temprano del Síndrome de Piernas Inquietas para mejorar la calidad de vida de los afectados.