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La cirugía estética ha visto un crecimiento exponencial a nivel global en los últimos años. En particular, en países desarrollados, cada vez más personas buscan mejorar su apariencia física mediante intervenciones quirúrgicas. Dado que estos procedimientos suelen ser costosos y no están cubiertos por los sistemas de salud pública, existe una tendencia creciente a optar por ofertas más económicas en el extranjero, especialmente en países como Turquía y en regiones de Sudamérica.

Según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en 2024 el 2,5% de los españoles recurrió al turismo sanitario, lo que representa un aumento del 30% respecto al año anterior. Entre las operaciones más demandadas están las rinoplastias, blefaroplastias, aumentos de pecho y liposucciones. A pesar del aumento en la demanda, las intervenciones en el extranjero presentan riesgos considerables debido a la falta de controles estrictos y seguimiento postoperatorio.

Riesgos para la salud de los pacientes

Casos como el de una mujer española que falleció tras una operación estética en Estambul son ejemplos de los peligros a los que se enfrentan los pacientes. Además, muchos regresan con infecciones graves o secuelas permanentes, como problemas derivados de materiales no certificados, o incluso intervenciones en condiciones extremadamente precarias, como en garajes convertidos en quirófanos improvisados.

Otro de los riesgos es la diferencia en los materiales utilizados fuera de la Unión Europea. Mientras que en España se aplican controles rigurosos, en otros países no es igual, lo que puede dar lugar a complicaciones graves, como el uso de prótesis de baja calidad. En lugar de auténticas prótesis mamarias, en algunos casos se ha inyectado esponja, lo que genera enormes dificultades para corregir estos errores posteriormente.

Las expectativas en cuanto a resultados estéticos también pueden diferir según el país. El doctor Casado destaca que los estándares de belleza varían significativamente de una región a otra. Por ejemplo, las prótesis mamarias que se utilizan en algunos países de Sudamérica suelen ser más grandes de lo que se considera habitual en España, lo que puede generar resultados no deseados si la operación se realiza en el extranjero.

Problemas de intrusismo y clínicas irregulares

El intrusismo en el ámbito de la cirugía estética es otro problema que resalta el doctor. Aunque la demanda de injertos capilares en Turquía ha disminuido debido a los riesgos de infección, muchas clínicas han trasladado sus operaciones de forma irregular a España. Además, la medicina estética, que incluye tratamientos como la toxina botulínica (botox), también enfrenta riesgos, ya que estos productos se aplican en centros no acreditados o por personal no cualificado.

El doctor Casado insiste en que los pacientes deben buscar siempre profesionales cualificados que garanticen tanto la seguridad como la naturalidad en los resultados. Antes de cualquier intervención, es fundamental realizar una entrevista profesional para diseñar un plan quirúrgico adecuado y asegurar que se siguen los procedimientos correctos. La educación de los pacientes y la verificación de las credenciales de los cirujanos son claves para evitar riesgos innecesarios.